5.- EL TEMPLO DE ARTEMISA EN ÉFESO.
Creso, rey de Lidia del 560 a 546 a.C ordenó la construcción de esta magnífica obra de arte en la ciudad griega de Éfeso, situada en la costa oriental de la actual Turquía. Edificada en el año 550 y dedicada a la diosa Artemisa (Diana para los romanos).
Plinio lo describe como un templo de 240 por 463 pies, con 127 pilares de los cuales 36 estaban decorados con bajorrelieves. Fue diseñado por el arquitecto Jesifrón y su hijo Metagenes. De estilo Jónico, fue famoso no sólo por sus grandes dimensiones, también por las obras de arte que lo adornaban, como de Fidias y Praxiteles y pinturas de Apeles y Parrasio.
Tenía 160 columnas de mármol de Paros de 18 metros de alto que sostenían el techo, las cuales estaban colocadas en dos hileras dejando un espacio libre entre ellas. Excepto el techo que estaba cubierto por láminas de madera, toda la edificación era de mármol.
La estatua de Artemisa, era de oro, plata y piedra negra; y tenía las piernas y caderas recubiertas con un manto decorado con relieves de animales y abejas, y la cabeza engalanada con un tocado de forma piramidal. Se conservan algunas copias de ésta estatua que muestran a la divinidad de pie, rígida y con las manos extendidas.
En el 356 a.C fue incendiado por un fanático religioso. Dinócrates mandó reedificarlo, pero en el año 262 de nuestra era fue completamente saqueado y destruido por los godos y demolido en el siglo V.
El ingeniero inglés J.T. Wood encontró el lugar donde se encontraba el templo. La mayoría de los fragmentos que aún se conservan se encuentran en el Museo Británico de Londres.
Tomado de: "Los lugares más famosos del mundo" Editorial América, S.A.
Tomado de: "Los lugares más famosos del mundo" Editorial América, S.A.
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